viernes, 30 de enero de 2015

El #FinDelPeriodismo llega a @ElTribuno

En el pasquín de difusión política que comanda el senador nacional 8 veces procesado por corrupción, Juan Carlos Romero, encontraron un nuevo método de propagar basura disfrazada de información: WhatsApp.
A través de este ultrarecontraconocido sistema de mensajes de texto el pasquín, a través de sus novatos periodistas o de sus esbirros más veteranos, encontraron la forma de disfrazar sus operaciones políticas en noticias devenidas en denuncias, en teoría protegiendo a sus “fuentes” de des-información.
Hace unos días fue el turno del dueño de un restaurante que fue adjudicado con una vivienda del IPV y El Tribuno objetó la adjudicación porque “alguien” les dijo que tiene autos de alta gama y dos restaurantes, lo que, para ese “alguien” o para los desinformadores del diario, implica que el susodicho no puede acceder a una vivienda.
En esa misma nota, en la que el firmante se empeña en resaltar que la denuncia llegó “vía Whatsapp El Tribuno”, y como es costumbre de ese “medio” largar su basura sin chequear la información quedaron entrampados en su propia trampa de tinta y tuvieron que aclarar, DOS VECES, que no hay irregularidades en tal adjudicación.
La primera aclaración, el 26 de enero, fue en la nota original misma en la que se pusieron mucho empeño en aclarar que la “denuncia” se mandó por whatsapp y que el empresario en cuestión tiene vínculos comerciales con Zottos, además de algunas declaraciones que el “empresario” les hizo también a través de whatsapp.


La segunda aclaración, el 29 de enero, fue contundente: “Lomba fue bien adjudicado con una vivienda”, dice el título y en el diario comentan que esa aclaración se debió a una muy intimidante carta documento que le envió el nombrado, por lo que decidieron decir que no habían cuestionado la adjudicación y que ésta estaba bien hecha.


La diferencia entre una aclaración y otra es que la primera está en medio de una nota llena de supuestos y trascendidos supuestamente enviados por whastapp, o sea, con el manto de duda puesto encima del adjudicatarios, y sin que siquiera se hayan dignado a chequear el dato además con la gente del IPV, y la segunda es una mini aclaración en dos párrafos en la que, además de aclarar, el pasquín intenta decir que no cuestionaron la adjudicación.
Lo que desde acá no entendemos es porqué este tipo de supuestas noticias carentes de rigor periodísticos al menos no las ponen en una sección que se llame trascendidos, al menos así engañarían menos a sus fieles, pocos pero fieles, lectores.